
Este trabajo es un proceso que evoluciona de mis pinturas collage, trabajadas con papel de seda y tintas, en dónde recreo edificios y casas en una atmósfera de cierto misterio y jugando con las transparencias; de esas casas inclinadas, torcidas, inmediatas, a veces ni tocan el suelo.
He querido reproducirlas en estas pequeñas esculturas, de casa inestables, frágiles en su material, papel de seda y tintas; en contraposición a lo que se espera de una casa rígida y sólida.
Sin embargo me gusta crear como del dibujo de un niño se tratase, estas formas.
Algunas tan sólo son la estructura, hecha de palo de brezo, queriendo que aparente un dibujo a mano alzada en el aire.
A partir de estas piezas, que llevo realizando desde el verano, estoy trabajando con sus imágenes a partir de fotografías e investigando otros métodos que sigo desarrollando.
Todo es un ciclo casa que salen de cuadros a un estado tridimensional y vuelven a lo bidimensional.