DIANA LA UCRANIANA
En el verano de 2010 una pareja de ucranianos y el hijo de ella, convivieron con mi familia. Diana era una excelente cantante que vivía gracias a esa virtud. Su pelo rubio postizo le llegaba a la cintura y, según ella, tenía poderes para medir el estado de los chacras de las personas que la rodeaban por lo que te clavaba la mirada. También le encantaba dibujar y escribir, además de pintarse las uñas.
MATERIALES Las pinturas de uñas de Diana, cabeza de muñeca de porcelana, manos en los ojos pertenecientes a una barriguitas, calibres de tornero antiguos y bolígrafos BIC. Enero de 2012
ARMAS DE MUJER
Cuando mi madre estaba embarazada de mí, hace 41 años todo el mundo le decía que tenía la barriga con la forma para parir a una niña, por lo que tenía un nombre para mí iba a ser SONIA cosa que no sucedió físicamente. Eso sí, me gustaban las muñecas, sobre todo las Barbis pero en un ambiente de hombres como mi padre y mi hermano eso era impensable, por lo que me encantaba visitar a mis primas y a escondidas jugar con sus Barbis. Según pasaba el tiempo, lo que menos me gustaba eran sus vestidos y sus complementos, además de apetecerme descuartizarlas y volver a montarlas a mi manera. Nunca lo hice hasta ahora que me encuentro delante de ellas y tengo todas las posibilidades de hacer lo que quiera y que mi hijo, mi mujer y mis amigos lo vean normal y divertido. De ese juego he hecho varias Barbis intentando conservar el icono que representan y que detesto
MATERIALES > Barbis, muñecos, aviones barcos y tanques de guerra, alambre de pinchos, botella de coca-cola y corta-fiambres 2012
POEMA DE LA PENETRACIÓN
En toda nuestra vida nos encontramos con imágenes de distintos niveles pornográficos en los ambientes más normales: en el quiosco cuando te quieres comprar el periódico el Hola o una revista de decoración, en la gasolinera, al lado de la caja en expositores giratorios, en los carteles de carretera anunciando que a pocos kilómetros hay un burdel, en la televisión o en las páginas de contactos de cualquier periódico… y aunque a todos nos guste hacerlo, las imágenes de la penetración no son a mi gusto nada estéticas, por lo que he creado esta pieza. Representa el sexo sin ofender a las miradas; ella es el macho y él la hembra y solo se tocan por la cabeza. Sus cuerpos desnudos no dejan de ser formas. .
MATERIALES Las pinturas de uñas de Diana, cabeza de muñeca de porcelana, manos en los ojos pertenecientes a una barriguitas, calibres de tornero antiguos y bolígrafos BIC. Enero de 2012
ETERNO MACHISMO
Desde que puedo recordar siempre he visto como los distintos hombres que me rodean miden sus fuerzas echando pulsos. Nunca lo entenderé y lo más curioso es que ahora convivo con tres perros: una hembra llamada Naya y dos machos León y Totoro. Los perros al igual que los hombres, todo el día miden sus fuerzas. Ahora lo entiendo todo y sé que será eterno.
MATERIALES > Muñecos Madelman de los 80 piezas Lego y varios relojes paradose 2012
No es la primera vez que la mediatización casi fetichista de los "muñecos" en una supuesta infancia ha sido el leiv motiv de muchos creativos: juguetes “infantiles” de referencia para crear roles sexistas o, en otros casos, convertirse en objetos de deseo para algunos “adultos”. Personajes humanizables que constituyen una auténtica mitomanía, reflejo de un alter ego, testigos mudos de algún trauma o, incluso, causa de alguna que otra fobia. Sonia del Corro no es ajeno a este devenir entre el pasado y el presente como si de un divertimento inocente pero siniestro se tratase, dotando de vida a estos seres-objeto en apariencia “inertes”. La manipulación y el assamblage rallan lo obsesivo y el sarcasmo, reflejando una realidad que logra acercar la mirada atenta del espectador; ya que con su reinterpretación nos muestra una exploración “consciente” del mundo onírico más oscuro del artista. Una maquiavélica necesidad se instala en cada una de la piezas híbridas a partir de las emociones traducidas sobre la inquietud, y es en esa transformación donde se descontextualizan para cumplir una función de la metamorfosis con el que se tiñe cada una y la totalidad de los objetos respondiendo a ese propósito inicial del objetivo pautado. ¿Un sacrilegio, quizás, hacia la imagen mediatizadora de protagonistas indiscutibles de un psicoanálisis retorcido? Algo que suscita la obsesión por poseer y ser poseído, como fruto del deseo que todos sentimos en la cotidianeidad íntima del pensamiento espectante, y así se demuestra que esa inmaterialidad del concepto se consigue hacer algo más que palpable. Aquellas muñecas y muñecos de la niñez se convierten en objetos de insólita belleza, se trasforman aquí en un diario que se debe observar y saborear en la particularidad de cada pieza. La posibilidad de verse reflejado en el deseo crítico nos traslada al desmembramiento o a la ambigüedad, y a las visiones más simbióticas de una iconografía ritual que ha formado parte de nuestro contexto y de nuestra identidad... En sus más de 50 años de vida, Barbie, además de haber sido compañera de juego de millones de niñas, ha protagonizado algunas polémicas y ha servido de inspiración para sucesivas generaciones de artistas, desde la mirada sofisticada de fotógrafos de prestigio como David Levinthal hasta la aproximación irónica de jóvenes creativos como E. V. Day con sus Barbie momificadas, Roberto Roseano con las Barbie Suicide Series y Jen McCreight con su Atheist Barbie.
jaime Rguez / 2012
EL GRAN ELEFANTE BLANCO
(instalación)
Durante mi infancia, una de las cosas que me gustaban eran los muñecos en forma de distintos animales que había a la puerta de las cafeterías, en los que se metían 5 pesetas y durante unos minutos se movían de arriba abajo. Siempre estaban muy frecuentados por los niños y esperar tu turno a veces era más largo que el tiempo que mis padres tardaban en tomarse su consumición, por lo que para mi fastidio, no me podía montar casi nunca en aquellos animales rodeados de decenas de niños que, al igual que yo querían subir. Hace poco tiempo, me encontré para mi sorpresa con un elefante blanco de aquellos que yo recordaba .Estaba debajo de un hórreo en un pueblo del centro de Asturias .No dudé en preguntar por su propietaria que para colmo, me lo regaló, así que lo cargué en mi camioneta y felizmente lo llevé para casa para que Mateo, mi hijo, se montase, ya que todavía funcionaba. Mateo, que en ese momento tenía 3 años, se subió y me dijo que aquello era un autentico aburrimiento, pues ni tenía luces, ni botones ni musiquilla. Nunca más volvió a montar. Sin embargo, yo lo conservé, pues sabía que tarde o temprano yo volvería a jugar con ese elefante. Ahora estoy trabajando en mi oficio, que es la carpintería, y para ello utilizo materiales reciclados y mi fuente de abastecimiento son los para mi admirables gitanos .El otro día estaba en un pequeño poblado de chabolas donde vive una familia que me consigue materiales y de repente veo un enorme montón de algo que me llama la atención. Me acerco y cuando me doy cuenta tengo delante de mí una montaña de cabezas, manos, piernas, cuerpos y demás complementos para fabricar muñecas de porcelana. No me lo podía creer. Yo, que descuartizaba muñecas, tenía a mis pies miles de piezas ya descuartizadas .Me dirijo al patriarca, un hermoso gitano de pelo largo blanco amarrado en una cola , vestido de traje militar de camuflaje y una camiseta roja con la cara del che . Le digo” Arturo,¿ que pides por esto?, y sin dudarlo ni un minuto me dice “100 leuros”.Y yo le digo que sí, por lo que una vez más me pongo a cargar mi camioneta .Durante el tiempo de carga él me acompaña, extrañado porque a mí me atrae aquel montón y mientras me cuenta cosas de su vida, además de trasmitirme información de su cultura .Como anécdota me cuenta, que para tener una buena erección hay que beber una copa de orujo, comer 7 nueces y beber otra copa de orujo, y que no hay pastilla que lo supere .A todo esto yo, recogía mi reciente compra con el entusiasmo de haber conseguido un tesoro. Esto me ha llevado a juntar parte de esos muñecos y mi gran elefante blanco para crear aquel recuerdo a la puerta de la cafetería, donde niñas y niños esperábamos a montar en aquella fabulosa atracción con un duro sudoroso en la mano..
sonia del corro / 2012